segunda-feira, 19 de julho de 2010

Pilar del Rio escreve sobre Saramago

No El País Semanal de hoje, um belo texto de Pilar del Rio sobre José Saramago, intitulado Viaje por Saramago e que é acompanhado de belíssimas fotografias com legendas extraídas de obras do escritor.

«José Saramago escribía libros y abría puertas por las que transitamos hacia una cultura, otros escritores, un modo de entender la vida, un país.

Supimos un día que Portugal tiene el tamaño adecuado para que una mujer, Blimunda, lo recorra a pie buscando a su hombre, al que acabará encontrando minutos antes de que la Santa Inquisición lo queme vivo por el nefando crimen de haber ayudado a juntar voluntades humanas y así volar en una pasarola que recorrió los cielos de Lisboa, Mafra, la sierra de Montejunto y los mares de Ericeira en un viaje único porque un fraile culto, un hombre manco y una mujer con poderes juntaron pensamiento y arrojo, valores humanos a los que no renunciaron pese a la amenaza de pagar por ello un precio tan alto como alta es la propia vida, la de cada uno, la de todos.

La trinidad laica que formaban Blimunda, Baltasar y Bartolomeu entre sueños y estrecheces oyó tocar a Scarlatti porque la música es aérea y él cómplice en la elevación de los seres humanos, mientras, más allá de los acordes, trabajadores reclutados a la fuerza por el ejército de Don João V construían un convento palacio para conmemorar el nacimiento de Maria Bárbara, y por el que hoy pasean los turistas con Memorial del convento bajo el brazo.

Y por llevar el libro entienden mejor la arquitectura y la naturaleza humana. Íntimamente mejor.

En la raya con Extremadura está el Alentejo.

Dice Saramago, por haber mirado tal vez desde la moderna altura de un avión, o desde su estatura, quién sabe, que lo que más hay en la tierra es paisaje, a no ser, añade, la abundancia de penas y tantos sueños sin cumplir de gente que él ha conocido bien, los campesinos sin tierra del Alentejo que cruzaron su tiempo esperando el día levantado y principal en el que pudieran decir, por fin, aquí estamos, somos y merecemos lo que la historia nos viene negando.

Ese día en que los vivos y los muertos se juntarían en un desfile alegre, al que no faltaría el perro Constante, ni los Maltiempo que se sucedieron en una dinastía siempre pobre, de trabajar de sol a sol, de mudarse de un lugar a otro, estos olivos, estos campos sin sembrar, esta lluvia, el ajuar sobre un burro, el colchón, la olla, poco más tenemos que estos hijos, van al desfile Juan y su mujer Faustina, que juntos comieron pan y chorizo una noche de invierno, y Sara de la Concepción y Domingo Maltiempo, todavía con la soga al cuello, la soga con la que se ahorcó por culpa del vino y del mal vivir, o Tomás Espada con Flor Martinha, tanto tiempo esperándote, decía ella, o la hormiga mayor, que vio en Monte Lavre cómo torturaban a Germano Vidigal mientras ella arrastraba provisiones con las que pretendía llegar hasta el día del desfile, un tiempo en que ninguna policía política mataría a golpes a un hombre, relato verdadero que Saramago reconstruye en Levantado del suelo y que no pudo volver a leer nunca porque no era capaz de aguantar tanta brutalidad.

Para distanciarse eligió, a la hora de narrar, el punto de vista de la hormiga, sin saber, o intuyéndolo, que hasta las hormigas, con sus minúsculos cerebros, expresarían alarma, quiénes son estos, de qué vientre han nacido para creerse dueños de otros que también han nacido de vientres, tan iguales todos al nacer, con el mismo futuro, de no mediar las hambrunas y otras maldades que confunden a la genética y ofenden a la ética (...).

Artigo integral aqui.

 
RESISTIR POR UM MUNDO MELHOR